El árbol y sus frutos

En ese momento, Jesús nuevamente contó otra Parábola:

Un Árbol que da malos frutos, no es malo; ni el que da buenos frutos, es buen Árbol...

Cada Árbol se conoce por su fruto, pues no se cosechan Higos de los espinos, ni se recolectan Uvas de las zarzas.

El Hombre bueno, de su buen corazón, saca lo bueno; el Hombre malo, del mal corazón, saca lo malo, porque la abundancia del corazón habla la boca.


Interpretación
Jesús nos enseña que, las personas se las conoce por sus acciones. Él resalta al Hombre bueno que lo compara con un buen y dulce fruto, y nos dice que su bondad se cobija en un corazón que vale como un tesoro.

(Lucas: 6, 43-45)
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